[22/53] Almacenar, almacenar y almacenar. Notas, conversaciones, archivos, correos electrónicos. Y, por supuesto, enlaces y lecturas interesantes. Sólo queda añadir lo de …y no morir en el intento. Además, esto no es un problema puramente 2.0, ya que desde pequeño vi cómo mi hermano recortaba hojas de periódicos y revistas con artículos, entrevistas o noticias importantes para luego leerlas y almacenarlas en enormes carpetas.
Sin duda Internet ha sido un alivio para las hemerotecas y para los trasteros, pero eso no quita para que muchos tengan ahora una especie de síndrome de Diógenes virtual que tampoco es bueno. Por suerte hay herramientas fantásticas para leer más tarde esos enlaces que se cruzan en nuestra existencia por multitud de canales, como los lectores de feeds de diferentes medios y blogs, los enlaces de nuestros amigos en Facebook o Twitter, o esas curiosidades que aparecen en mitad de una búsqueda o una navegación sin rumbo por la red.
Muchas veces hay artículos que por su longitud preferimos dejar para otro momento, otros que por su interés nos gustaría tener siempre a mano y otros que explican una serie de cosas que necesitarás recordar cuando llegue el momento de ponerse a ello en el futuro. ¿Cuál es el mayor problema? Guardarlo todo para más adelante y nunca volver sobre ello, consiguiendo un montón de enlaces en tus marcadores a los que nunca volverás.
Por eso no es sólo una cuestión de la herramienta, sino de tener algo de disciplina y ser ordenado para que tu yo-del-futuro te pueda estar agradecido. En mi caso, procuro revisar a diario o al menos semanalmente los enlaces que he ido guardando en Pocket. Pocket es una app multiplataforma, con muy buenas interfaces tanto móviles como de escritorio, y que ofrece mil facilidades para integrarse con todos esos lugares donde sueles encontrar esas lecturas que quieres guardar. Desde el navegador, por ejemplo, puedes poner un botón junto a la barra que al pulsarlo te guarde automáticamente la página que está cargada. En Feedly, el lector de feeds RSS, con un sólo click en el ordenador o dejando pulsado con el dedo en el móvil, puedes guardar en tu cuenta ese enlace…
Antes comentaba la disciplina de irlo revisando y obligarte a leer lo que dejas para más adelante en algún momento cercano a su publicación. Y es que, por ejemplo, cuando hice la primera gran limpieza de marcadores y favoritos, tenía artículos sobre novedades en redes sociales del 2012 que, lógicamente, no tenían ya ningún interés para nadie. También hablaba de ser ordenado. Pocket te permite asignar etiquetas a los enlaces, de esta manera puedes organizarlos por temáticas. En mi caso tengo una lista de algo menos de 20 temas en los que englobo los artículos que voy guardando: desde infografías, diseño, lanzamiento de apps, startups, social media, recursos de WordPress, hasta analítica, productividad o lecturas favoritas –para todas aquellas que no encajan en un único lugar o en ninguno pero merecen mucho la pena–.
De esta manera, siempre que tengo que buscar una información sobre un tema en particular, sé que ahí tengo una colección con lo mejor de lo mejor que me he ido encontrando por la red en los últimos tiempos.
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Una reacción a “Herramientas para sobrevivir a una oficina nómada: Pocket”