Cuando escribo estas lineas mi padre está en el que con un poco de suerte será su último día de trabajo. Después de 38 años trabajando en lo mismo, llega a los 65 años y se retira. El otro día le pregunté por el skype qué es lo que se sentía, y como siempre, sabio y de pocas palabras, me contestó: ‘liberación’
Ahora le toca disfrutar de la vida todo lo que no ha podido, pasear, leer, disfrutar de los nietos a tiempo completo y olvidarse del stress, del levantarse todos los días como la rutina mandaba (yo no he conocido otra cosa en mis 25 años largos de vida) a las 7.10 para desayunar a las 7.20 y salir de casa a las 7.30. No me entra en la cabeza lo que puede sentir una persona el día antes, o el día después, o la semana después del momento en el que toda tu vida cambia por completo y puedes echar la vista atrás con esa mirada del reconocimiento de la gente y el saber que has hecho tu trabajo lo mejor posible.
Sé que no va a leer esto, pero se lo diré pronto seguro, disfruta de tu liberación, ahora nos toca el turno a otros de tomar los pasos correctos para que quizá dentro de 40 años tengamos a gente que se sienta tan orgullosa de nuestro camino. Gracias por mostrarme tantas veces cómo andar.