Mayo, junio, julio… El tiempo no pasa ‘despacico’ como Madonna nos hacía creer en su momento, sino que pasa a la velocidad que uno lo hace pasar. Yo lo he hecho pasar rápido, demasiado, dejando que pasara por encima mío en muchos momentos y eso no está bien. Más vale tarde que nunca para retomar los caminos perdidos y al menos sacar algunas buenas conclusiones de este periodo de ausencia -no solo en cuanto al blog sino principalmente en el Facebook-.
Una de las cosas que más curiosas me ha parecido es el hecho en sí de la separación ‘a un click‘ del resto del mundo. Al cerrar el muro la gente entraba a visitar mi página y no podía escribirme lo que se le pasaba por la cabeza. Al lado izquierdo estaba la opción ‘Enviar a Juan un mensaje‘, que en teoría pinchando ahí cualquiera se hubiera encontrado ante la misma coyuntura: escribirme lo que se le pasaba por la cabeza. Por diversos motivos desde la vagancia, la rebelión ante mi actitud o el mismo desconocimiento, el porcentaje de personas que en estos últimos meses atravesaron ese click de distancia ha sido ínfima comparada con la vida del ‘muro’ anteriormente. ¿Es una barrera psicológica o realmente el visitante de páginas webs es hasta tal punto un ‘ser de costumbres’ ? La verdad es que me ha enseñado bastantes cosas esto para aplicar luego a los diseños de diversas páginas web, gracias a todos.
Y ahora que volvemos a primera fila, sólo pediros una nueva oportunidad como lectores, tengo algunos temas interesantes por tratar, desde el impresionante Werchter a las lluvias diarias del verano de Brno, pasando por mis avances con el idioma o mi retroceso en cuanto a litros de cerveza por día…