No soy muy dado a escribir sobre las noticias del mundo en el blog, pero siempre hay que hacer excepciones. Anoche nos dejó Andrés Montes, inesperadamente, como cuando el rival lanza desde su propio campo un último tiro al final del último cuarto, y aunque estás seguro que nunca va a entrar, un día encesta y pierdes el partido. Mentiría si dijera que no se me ha escapado alguna lagrimita mientras recordaba viendo videos de sus retransmisiones en youtube.
Su estilo de narrar los partidos siempre será recordado. Amado u odiado, yo mismo pasé de un sentimiento a otro en varias ocasiones, pero es indudable que su voz irá ligada inequívocamente a muchos de mis mejores recuerdos baloncestísticos. Ir los sábados por la mañana a jugar al patio del colegio durante horas y horas al basket con mis amigos era una retahíla de frases que habíamos escuchado en el partido del día anterior: jugón, crack, muchos wilma, ábreme la puerta, y ese clásico ¿por qué todos los jugones sonríen igual, Daimiel?
Eramos miembros de la Generación+, los que convencimos a nuestros padres para que compraran el Canal+ para ver los partidos de madrugada (entre otras cosas, ejem) Algunos como yo tenemos hermanos mayores que nos metieron en este mundo de levantarse martes, miércoles o domingos a las 3 o 4 de la mañana para ver un Bulls-Lakers en TVE-2 con Trecet y su ding dong cuando apenas teníamos 8 años. Pero Montes era nuestro. Conocíamos a los jugadores mejor que él gracias a Daimiel, seguíamos mejor las jugadas desde miles de kilómetros que él a pie de cancha… pero aún con todo, convirtió nuestra pasión por el basket, por la NBA, en una enfermedad incurable.
Tu recuerdo seguirá imborrable en nuestras memorias gracias a tus retransmisiones, desde las medallas de oro del mundial y el europeo de la selección hasta el partido más aburrido de los Clippers, conseguiste engancharnos aún más. Gracias por todo, Andrés, la vida pudo, puede y podrá ser maravillosa.
y yo no soy muy dado a comentar cosas en blogs, pero sigo sin asimilar del todo que no volvamos a escuchar a este crack. San Pedro! Dónde están las llaves!?!?