Arrancamos el 2012 con los primeros recortes de la era Rajoy y sin casi tiempo para tirarnos de los pelos, ya nos avisan que esta semana vienen más y que todo esto no es más que un aviso para lo que llegará en marzo. Más impuestos, menos ayudas, promesas que se sabían brindis al sol ya incumplidas, un país atado de pies y manos a los mercados y a las decisiones que se toman más allá de nuestras fronteras… Todo pinta mal.
Políticos profesionales que no se despegan de sus asientos ni se les cae la cara de vergüenza aun cuando a cualquier persona de la calle le parece indignante algunas de sus historias (historias que suelen centrarse en sueldos acumulados millonarios, regalos varios, tramas de corrupción y favores…) y banqueros cuyo hambre por forrarse a costa de los demás es insaciable. A costa de toda la sociedad. Del famoso 99%.
Las cosas están así y no tienen pinta de cambiar a corto ni a medio plazo. Toda esta gente pasará, como pasó Felipe González, Aznar, Zapatero… y nosotros seguiremos aquí. Los banqueros seguirán exprimiendo lo que se encuentren como han hecho desde hace siglos y aquí estaremos mientras. Nos indignaremos con más fuerza, cometeremos los mismos errores y unos cuantos nuevos, despotricaremos de unos, de otros, de los medios de comunicación, de los derechos ganados o perdidos, de leyes y reales decretos. Y pese a todo, no nos vamos a bajar de este tren.
Tenemos mucho que aprender, a mirar por cada céntimo, a no derrochar (es increíble ver las tiendas y los centros comerciales abarrotados de gente estos días) y a tener conciencia de la sociedad. Olvidarnos un poco de intentar ser más listo que los demás y echar una mano a todos y a nosotros mismos. Si la clase alta sigue moviéndose en abundancia, habrá que ofrecer servicios y productos para que ese dinero pase a nosotros. Lo que está claro es que nadie va a salir a tirar billetes por la ventana. Entiendo que hay mucha gente que no está en disposición o conocimiento de hacer estas cosas, pero los que podemos, estamos en la obligación de esforzarnos aún más.
No nos lo pondrán fácil, pero me niego a creer que todo va a ir a peor y a peor. Peor lo pasaron nuestros abuelos en la guerra, y míralos ahora. Hay que esforzarse, lanzarse y mirar hacia adelante. Nosotros seguiremos aquí. Creo en los que me rodean, y espero que ellos crean en mí.
Foto: robincaruso