[02/53] No quiero convertir este blog en un pseudo-consultorio, ni volverme un coach o uno de esos personajes que va soltando obviedades sobre productividad y felicidad. Pero sí que me preocupa la cantidad de gente que, llevada por la situación actual económica y de paro, termina por tirar la toalla. Y con ellos me gustaría compartir algunas historias que muchos ya conocéis sobre mí, porque sois parte de ellas.
El resumen de este post, por si te interesa poco o nada lo que viene a continuación es que nunca sabes dónde ni quién va a ser la persona que puede cambiar tu vida. Y no hablo del amor –que también–, sino del ámbito profesional. Por eso hay que maximizar las oportunidades de conocer gente nueva, de ampliar las redes de contactos, de crear lazos de amistad con personas interesantes de todo tipo de campos y estar siempre alerta para echar una mano donde puedas, porque estos gestos suelen ser recíprocos.
Obviamente, en el número 1 de estas historias está Javi López. La persona que me arrastró con él a GPMESS, la startup a la que he dedicado los dos últimos años y pico de mi vida y a la que debo tanto. ¿Quién diría que nos vimos por primera vez en un curso sobre Coolhunting y cazadores de tendencias en Santander? Corría el año 2010 y ambos estábamos en situaciones de incertidumbre en cuanto al trabajo. Me apunté a ese curso que organizaba EJECANT, y al siguiente, y al siguiente. Volvimos a coincidir y ese informático que aún pronunciaba g-o-g-l-e, acabo haciéndose un gran amigo. Uno que después me convenció para apuntarme a Yuzz Cantabria. Y a irnos a Bruselas. Y a vender camisetas online. Y a crear una aplicación que podía cambiar el mundo. Tres años antes éramos unos coolhunters sin futuro.
Claro que si hablamos de situaciones raras para conocer a alguien, ¿qué tal si coincides con un español en mitad de Chequia mientras él está haciendo el Camino de Santiago desde el punto más al norte de Europa y tú buscando trabajo en un país en el que no controlas el idioma? Ahí conocí a Andrés Fraga, un fotógrafo que mientras caminaba más de seis mil kilómetros en su proyecto 6MPasos con su compañero Coru, hizo parada en la ciudad en la que yo estaba viviendo y gracias a su prima Ana, que yo conocía de la época del IRC y el Fotolog, quedamos a tomar unas jarras de cerveza. De allí surgió una invitación a irme a Galicia y de posibilidades de trabajos conjuntos. Y aquí estoy viviendo, llevamos más de tres años compartiendo proyectos y seguro que son muchos más.
Y es que unas cervezas son siempre una buena excusa para conocer a gente aleatoria, como a Jakub, un checo al que me encontré por primera vez en una fiesta Erasmus y después fue una especie de ángel de la guarda en un país extranjero. O los eventos relacionados con tu área de especialización, como el Frontenders de Valencia que terminó en un tweet al día siguiente que nos acercó a Santi, al que contratamos como desarrollador de GPMESS. O cualquier otra tecnología, del chat a las redes sociales, donde conocí a Vicen, un compañero de aventuras tecnológicas, musicales, deportivas o gastronómicas. O, simplemente, el sentarte junto a alguien que está solo y presentarte, como hice con mi gran amigo Dani el primer día de instituto.
Todos estos ejemplos tienen en común que el resultado final superó con creces cualquier expectativa de un primer contacto casi aleatorio. Y que si no hubiera dado ese paso, me hubiera cerrado un montón de puertas que me han permitido llegar a donde estoy ahora. Así que no os quedéis ahí parados y adelante, es vuestro turno.
Como me suena todo. Sin duda una de las cosas mas importantes son los contactos. De todo tipo. Para bien o para mal te pueden sacar se un apuro o dar una oportunidad. Cosas del destino. A seguir publicando!