[07/53] Cuando decidí mejorar el logo y la página web que Javi había preparado para su nuevo proyecto allá en 2012, nunca pensé que terminaría teniendo las responsabilidades que tuve en GPMESS. Lo que fue un trabajillo en mi tiempo libre para que el desarrollo de una aplicación interesante no se viera perjudicado por una mala puesta en escena, terminó conmigo a 700 kilómetros de casa con cuatro ingenieros a mi cargo.
Lo bueno del mundo paralelo de las startups es que si quieres y te esfuerzas, puedes aprender a marchas forzadas sobre cosas que nunca imaginarías que ibas a tener entre manos. Por ejemplo, en mi caso, gestionar una lista infinita de tareas y a unos trabajadores con muchas ganas de aportar (lo que siempre puso las cosas más fáciles, claro está) en el aspecto técnico de todos los desarrollos que hicimos.
A modo de resumen para primerizos gestionando este tipo de situaciones de dirigir equipos en startups, os dejo los puntos que para mí fueron básicos para que todo funcionara (no digo ni bien ni mal, que todo marche sin pararse es ya un pequeño triunfo):
1. Comunicación sobre todas las cosas. Durante muchos meses estuvimos sentados frente a frente, espalda con espalda, en plantas diferentes, en nuestros pisos, a cientos de kilómetros… y todo funcionaba gracias a la comunicación. Usamos Hangouts como chat para cualquier tema urgente y para videoconferencias, utilizamos TFS (en el backend y entre departamentos), Basecamp (en el frontend), el correo electrónico, hablamos a voces en las mesas, tuvimos reuniones personales, reuniones de áreas, reuniones de equipo y reuniones de empresa. Todo lo que hiciera falta para que todos supieran que estábamos ahí, remando juntos y para desatascar cualquier problema. Es mejor ser un poco plasta que dar la impresión de que no te interesa lo que pasa a tu alrededor.
2. Haz tus propios deberes. Si estás en una reunión para ver qué está haciendo tu equipo, no puedes exigir a los demás si tú eres el primero que no cumples. Si por cualquier motivo no has podido realizar lo que se suponía que ibas a hacer, sé sincero y explícalo abiertamente. Muchas veces en una empresa pequeña hay que hacer de hombre orquesta y siempre están surgiendo problemas o compromisos que te roban el tiempo que pensabas dedicar a la tarea de tu lista. Eso sí, intenta siempre que lo que quede sin hacer no bloqueé al resto del equipo o sea lo menos importante del listado, porque tienes que ser el primero que dé ejemplo con tu trabajo.
3. Planifica a corto y medio plazo. Volvemos a hablar del mundo startup, que lo es por la alta incertidumbre en la que se vive, así que pensar a largo plazo es algo que sólo te puedes permitir en tu imaginación (yo siempre intentaba tener una aplicación soñada en el fondo de mi subconsciente para ir hacia ella, pero tenía que ser realista). Plantea un calendario con fechas y objetivos, planifica los lanzamientos, las mejoras y los trabajos que faltan. Busca el consenso con el equipo y sed realistas. Puede ser un calendario algo flexible, pero hay hitos a los que se tiene que llegar y los deadlines terminan sacando lo mejor de todos cuando se aproxima el día D.
4. Escucha, pero hazles pensar. Lo bueno de que mi perfil no fuera tan técnico como el de mi equipo (rodéate siempre de gente mejor que tú) era que yo planteaba los problemas a la escala más simple y ellos se adentraban en ellos. Al haber confianza, sabía que no me iban a decir que todo era culpa de la junta de la trócola, sino que buscarían soluciones. Pese a ello, uno de los errores que más cometí es no hacerles pensar más. No dejes que se lancen a la primera solución que les viene a la cabeza y que probablemente no hayan valorado del todo. Sé crítico, pregunta muchos por qué, analizad las consecuencias y si en el futuro nos vamos a lamentar de una implementación rápida ahora. Aprenderán a pensar más críticamente cada día y darán ese paso atrás cuando haga falta para que sus yo-del-futuro no se acuerden de aquella reunión y la decisión resultante.
5. Sé realista, mide y aprieta. Deberías conocer a cada una de las piezas de tu equipo y ayudarles a dar lo máximo de ellos. Pero también saber cuándo es el mejor momento para meter una semana de trabajos más relajada y cuándo para meter todas las horas del mundo, apretar y sacar esa funcionalidad importante que hace falta. Saber que si están una semana sin dormir, es un esfuerzo de su parte para el bien de la empresa y que la siguiente van a tener que recuperarse. No quemes tus mejores armas para triunfar: tus trabajadores. Y haz todo lo posible para que estén contentos, en lo profesional y en lo personal. Al cabo del día compartís muchas horas y las mismas preocupaciones… no crees problemas de la nada.
6. Intenta siempre dibujar la imagen completa. A nadie le gusta vivir en un cubículo donde recibes X, programas Y y lo pasas al siguiente eslabón de la cadena. En una empresa pequeña, si quieres que todos la sientan parte de ellos, hay que ser abiertos con todo lo que pasa. No hace falta entrar en detalles de gastos de caja, pero sí que la salud de la compañía, lo que están haciendo en otras áreas (comunicación, negocio, administración…) y los retos que tenemos a nivel global, son importantes que todos lo sepan. Puede incluso que tengan algo que aportar, una idea, un contacto… y si no, al menos saben que lo que están haciendo tiene un sentido y un objetivo claro.
Sé que mi equipo (o los que formaban parte en cada momento de él) recordará siempre la semana de implementar las fotos en los yipis para una acción de street marketing en Santander, el mes de los lanzamientos de la versión 2 de la app en Android y la inicial de iOS para terminar con el demo day de Lanzadera, o la semana de las caídas del servidor y el submarino que alertaba a horas terribles… Mucho trabajo bajo mucha presión, pero que al final no impidió que cada problema tuviera su solución y después nos fuéramos a cenar todos juntos por ahí.
Una reacción a “6 consejos para novatos que dirigen equipos en startups”