Este sábado a las 11:35 estaré en el track C (C de Campeones, claro) de la WordCamp Madrid. Como siempre que puedo, aprovecho el viaje hasta la capital para ver a algunos de los amigos que tengo por allí. No a todos, porque sois muchos y cuadrar agendas es una odisea, pero suelo ir variando para veros a cuantos más mejor.
El primer error que mucha gente comete cuando hago esto o cuando me voy unos días a Cantabria para estar con la familia es decirme «otra vez de vacaciones, qué bien vives» o «te has cogido unos días libres para esto«. Lamentablemente el hecho de trabajar como freelance desde casa o desde un espacio de coworking o desde donde puedas, te da una flexibilidad que a veces la gente entiende mal. Como el hecho de poder llamarte a cualquier hora -a mí no me llaméis, ya sabéis lo que pasa-. O de pensar para bien o para mal que siempre estás ocupado o que siempre estás libre. Conozco casos de los dos extremos.
Esta flexibilidad y, sobre todo, el sector en el que me muevo, me permite poder viajar con la oficina en la mochila. Porque realmente con un portátil, un enchufe y una conexión a internet, puedo estar funcionando. Y cada vez hay más enchufes en todos lados y las baterías duran más. Y hasta en mitad de la nada hay algo de cobertura 3G para poder compartir la conexión del móvil con el ordenador.
¿Qué suelo llevar además de mi portátil (un MacBook Pro) y mi móvil (un iPhone 7) encima cuando hago un viaje de estos? Pues para los que esperen una detallada lista de dispositivos o cacharritos, lamento decir que poco más. Cargadores, los cascos (sin ellos sí que no puedo trabajar, sin ellos y sin Spotify), el adaptador a VGA por si necesito enchufarme a un proyector que no tenga HDMI y ya. Bueno, y ya no. También viaja conmigo mi libreta, un par de bolígrafos y un lápiz.
Lo reconozco, he probado todas las metodologías existentes, he leído artículos, he visto a otras personas cómo lo hacen y al final he acabado descubriendo que lo único que me funciona para gestionarme es tenerlo todo apuntado en una libreta. Bendita tecnología. Así que ya no uso Evernote como antes y lo único verde en mis notas es el color de la tapa de mi cuaderno actual.
Mi oficina nómada, de la que hablé mucho en este blog hace años, sigue formada por una serie de apps que me resuelven la vida: Dropbox para los archivos, Spark para el correo, Slack para las comunicaciones, Feedly y Tweetbot para estar conectado con la actualidad y las novedades, Pocket para revisar lo que no puedo consumir al momento, 1Password para sólo tener que recordar una contraseña y Trello para organizar tareas y proyectos con otras personas. Esto junto con Firefox como navegador y Sublime Text como editor de texto/código es lo que me acompaña en mis jornadas lejos de la mesa del despacho.
¿Algo que me esté olvidando o algo que debería añadir a mi lista de imprescindibles?
Pañuelos de papel, por si te pilla en esa mitad de la nada, donde esa cobertura 3G poco podrá ayudarte ;) y una bateria externa tampoco sobra.
Buen viaje
Gracias! Cierto… hay que estar preparado para todo. Batería externa tengo que comprarme una que la que tenía ya está para cargarla a ella y no al revés ¿alguna recomendación?
Yo solo he tenido de la marca Ideus, 10.000 mah, y únicamente para el móvil.
Cero problemas. Estuve mirando para sustituirla porque también está ya como pisapapeles y vi que hablan bien de las Aukey y las Anker, pero poco más te puedo decir.
Si buscas también para portátil, ni idea.
Una regleta, a veces solo hay una toma de corriente y hay 5 nómades digitales con los colmillos afilados. En esos casos sueles ser el héroe del día.