El pasado lunes 16 de diciembre estuve de nuevo en Las Palmas de Gran Canaria (sí, como en la última entrada de este blog – lamentable dedicación por mi parte a crear contenidos en 2019, hablaré de ello antes de fin de año en el resumen de los últimos doce meses). El equipo organizador de la meetup local me invitó hace meses a pasar por allí y, después de perseguirme bastante porque no les acababa de confirmar, venir media isla hasta Pontevedra a la PonteWordCamp para demostrarme que se podía hacer el viaje y dejarme hablar de lo que quisiera, allí fui.
Antes que nada dar las gracias a Esther, Paloma, Alicia y Moncho (y ampliado a todos los patrocinadores del evento: SPEGC, Nemesys 2.0, SiteGround, Tinkers), porque todo han sido facilidades y es una maravilla poder cruzar el país de punta a punta para compartir algo de conocimientos sobre WordPress o sobre la web en general, pero sobre todo, poder conocer y profundizar un poco más en las comunidades locales. Quién me iba a decir que iba a poder desempolvar algo de mi checo (výborně!), que iba a encontrar a gente de Galicia, que iba a tener conversaciones enriquecedoras sobre mi propia charla o que me iba a despedir de tanta gente con un «nos vemos en marzo en la WordCamp». ¡Porque espero veros allí! (Y esta vez me tendréis que llevar de turismo, no solo valdrá con enseñarme fotos).

Un título entre filosófico y activista, y una botella
Después de aguantar las bromas de alguno en el Telegram de los gallegos sobre el título, mi primera pregunta fue sobre cuánta gente pensaba realmente salir de la charla dispuesta a cambiar el mundo. No se levantaron muchas manos, lo que suavizó las expectativas y la presión autoimpuesta… ¡Imagínate si hubieran querido todos empezar una revolución! No estaría mal, pero tampoco era el objetivo final.
Arrancamos la charla comentando un pequeño gesto que me pareció sobresaliente. De todo lo que me llevé de la WordCamp de Las Palmas de Gran Canaria en febrero de este año, lo más importante no fueron las charlas, ni los amigos, ni el museo, ni la comida, ni el estar en camiseta en pleno invierno, ni la batalla de plugins y temas. Lo más importante que me llevé fue una botella de cristal para el agua.
Esa botella que apareció en nuestro pack de bienvenida (junto con los dispensadores para rellenarla por todos lados), para hacer un evento más sostenible, que no generase tantísimo plástico. Una idea que vino desde el equipo de organización y, dentro de él de una persona en particular que en un momento dado dijo «Vamos a dar una botella de cristal a los asistentes». En este caso, Esther.
¿Estaba pensando Esther en cambiar el mundo cuando hizo esto? Probablemente no. Probablemente solo quería mejorar su entorno, hacer un evento más ecológico y poner su granito de arena. Sé que no quería cambiar el mundo porque el único documento gráfico del momento es este tweet de Fernando Tellado en el que parece que están en una discoteca animando el cotarro. Hubieran hecho un poco más de marketing si hubiera sido EL momento.
Yo como organizador de la WordCamp de Pontevedra me dije, «qué buena idea, esto tenemos que replicarlo nosotros». Spoiler: no lo hicimos. ¿Por qué? En la balanza de pros y contras a la hora de tomar decisiones, por un lado teníamos que era una gran idea, que era sostenible, y en el otro que ya teníamos un patrocinador del año anterior que nos daba las botellas de plástico de agua gratis, que teníamos que comprar botellas de cristal que no estaban en el presupuesto y que además todo esto requería un esfuerzo que, si no hacíamos nada, no existía.
Me gustaría pensar que en 2020, a esa balanza añadimos que estamos mucho más concienciados con el tema del plástico y que vamos a pasar a la acción para vivir y montar un evento como realmente pensamos. Y de esta manera, con la concienciación y la acción, la balanza se gire y ganen los pros.
¿Qué pasaría si todos pidiéramos que en los eventos a los que acudimos, que en todas las WordCamp, hubiera botellas de cristal y dispensadores de agua? El capitalismo no es tonto, si hay demanda, crecerá la oferta, si hay oferta, hay competencia, y puede que los precios se vuelvan más asequibles y requiera menos esfuerzo encontrar un proveedor o que los actuales ofrezcan ese formato de producto. Incluso si ninguna empresa quisiera, puede que si mucha gente lo pidiera y fuera un clamor, los gobiernos o la Unión Europea decidiera regular sobre ello, como ya se ha hecho con las bolsas de plástico o las pajitas. Y, de repente, un pequeño gesto de Esther, muchos pequeños gestos de muchas personas individuales por todo el planeta, han cambiado el mundo para mejor.
Y es que la idea de «cambiar el mundo» en este caso, en esta charla, en este artículo, lo definiría como «Salir de aquí siendo conscientes de que pequeñas acciones que influyan en vuestro entorno más cercano pueden provocar mejoras y cambios (esperados o no) a gran escala».
Un disclaimer sobre todo esto que me gusta también remarcar en todas las charlas: vamos a ser incongruentes. Yo fui a hablar de lo malito que está el planeta y tuve que coger cuatro aviones (ay mi huella de carbono). Critico a Google y a Facebook sin parar, pero usé Maps para llegar a la charla y avisé que allí estaba por WhatsApp. ¿Está bien? Podría estar mejor. Pero al menos es importante ser consciente de estas incongruencias y trabajar poco a poco en ellas. No vamos a hacerlo todo perfecto, pero no vale usar esto como excusa para no hacer nada. Es más valioso cien personas dando pequeños pasos que una sola dando un paso grande y noventa y nueve quedándose quietos.

¿Pero qué podemos hacer nosotros?
Buscando información para hacer la charla me encontré un montón de maneras de mejorar el mundo a pequeña o gran escala con nuestras webs. Pero también me encontré maneras de hacer todo lo contrario. Plugins para generar tráfico falso para nuestras páginas y falsear las estadísticas, plugins para lanzar notificaciones aleatorias del tipo «10 personas están leyendo esto ahora», «La última reserva fue hace 10 minutos y solo queda una habitación disponible» o «Fulanito acaba de ganar 120 euros en nuestro sorteo». De manera aleatoria, repito, solo para intentar jugar con nuestra mente. Incluso uno de los plugins mostraba a los usuarios como el ganado al que nos querían reducir. Mi conclusión es que por favor, usad vuestros súper poderes (el desarrollo, el diseño, el SEO, el copy, el marketing) para hacer el bien, no para hacer el mal. Si no, da igual todo lo que intentemos mejorar, que siempre será un paso hacia adelante y dos hacia atrás.
No todo son malos ejemplos, y mostré dos empresas/proyectos que merecen toda mi admiración. Y ojo, que también tienen sus incongruencias, como todos. Por un lado Mozilla, con proyectos como el Internet Health Report, o su manifiesto de 10 puntos para una web saludable. Por otro WordPress, con proyectos como Five for the Future, del que ya os hablé hace tiempo, o la propia comunidad de WordPress España, que es alucinante todo lo que hace de manera altruista.
Y a partir de ahí, decidí ir comentando focos en los que podemos centrarnos y preguntas que deberíamos hacernos:
- Privacidad. ¿De verdad necesitamos todas esas cookies de rastreo? ¿Tenemos que compartir con tantas terceras empresas todo lo que hacen todas las personas que nos visitan? ¿Tanta fe le tenemos a Google? Entiendo que si tu proyecto de marketing o tu tienda así lo requieren, pueda ser necesario. Que si necesitas configurar un funnel de ventas para mejorar a tus competidores y comer todos los meses, no te voy a pedir que dejes de usar Analytics. Pero tu web personal ¿lo necesita? Tus clientes que no van a entrar en su vida al dashboard ¿lo necesitan? Si solo quieres saber el número de visitas, o qué páginas tienen más éxito, aparte de directamente las estadísticas del servidor, existen alternativas más privacy-friendly, tanto gratuitas como Matomo, como de pago, como Fathom o SimpleAnalytics. Os recomiendo esta charla de Laura Kallbag sobre cosas que probablemente no sepáis sobre el tracking de usuarios. Da miedito.
- Seguridad. Relacionado con lo anterior… el RGPD… ¡vaya aburrimiento! ¡Que sí, que aceptamos todo! ¿Seguro? ¿A dónde estamos mandando nuestros datos? ¿Con quién los van a compartir? No hagamos nosotros lo que no queremos que nos hagan al navegar. ¿Tenemos monitorizado nuestro WordPress con algún plugin tipo Wordfence? ¿Sabemos qué estamos almacenando y qué pasaría si hay un acceso no deseado? ¿Usamos siempre plugins y temas legales o instalamos algo que nos hemos encontrado por ahí para ahorrarnos cuarenta dólares?
- Apertura. ¿De quién son nuestros contenidos? Tenemos un blog o nuestra web es solo para poner un formulario de contacto y subimos todas nuestras fotos a Instagram, todos nuestros pensamientos a Twitter o Facebook. ¿Qué va a pasar si mañana deciden cerrar tu cuenta por no cumplir cualquier término o condición? ¿Te autocensuras ya directamente antes de poner algo controvertido? No caigais en jardines vallados y animad a los demás a ser dueños de sus contenidos. Siempre me gusta recomendar este artículo sobre cómo arreglar Internet siendo majo con la gente y escribiendo buen material.
- Inclusión. ¿Quién es bienvenido online? ¿Qué hacemos por el resto de la humanidad? Puede que nosotros ya estemos pensando en el 5G, pero hay muchos lugares (incluida la casa de mis suegros) donde aún se funciona con ADSL o con 2G. ¿Cuánto pesa tu página web? ¿Carga rápido o simplemente aprovechamos que cada vez hay más banda ancha para llenarla de vídeos e imágenes? Es lo que dicen las estadísticas. En las meetups y WordCamps hay un código de conducta, ¿lo has leído? ¿Hacemos los organizadores todo lo posible para que se cumpla o simplemente damos por hecho que todo el mundo se va a portar bien? Tal vez debamos luchar contra nuestros propios prejuicios, buenos y malos, y estar atentos para que todo sea realmente inclusivo.
- Alfabetización. ¿Usamos WordPress porque es gratis y útil o también porque es open source? ¿Estaríamos aquí hablando si fuera un software igual de genial pero privativo? ¿Lo saben nuestros clientes? Puede que no les interese, pero si no se lo contamos, nunca lo van a valorar como se debe. ¿Educamos a nuestro entorno sobre los riesgos en la red? ¿A niños y niñas? La juventud (ay, qué viejo soy ya) no distingue entre contenido real y noticias falsas (y no solo la juventud, pero bueno…) y pronto irán a votar. La base de nuestra democracia dependerá de que les formemos en un uso correcto de Internet. No vale lo de que son nativos digitales. O les enseñamos o serán muy vulnerables.
- Descentralización. ¿Conoces la IndieWeb? ¿Participas en ella? He escrito bastante sobre el tema por aquí por si queréis profundizar. Últimamente estoy conociendo más sobre el Fediverse, el universo de aplicaciones y webs federadas. Seguro que os suena Mastodon, una especie de Twitter o Pixelfed, una especie de Instagram. Podéis conocer más herramientas y plataformas de este estilo en esta web. ¿Sabéis quién controla actualmente Internet? ¿Conocéis el capitalismo de vigilancia? ¿Sabéis que Amnistía Internacional acaba de publicar un informe que concluye que los modelos de negocio actuales de Google y Facebook ponen en peligro nuestros derechos humanos? ¿No creéis que debemos hacer algo contra ello?
- Sostenibilidad. El tema de moda de estas últimas semanas, ojalá que no solo por el marketing. ¿Sabéis cuánto CO2 produce cada kilobyte o megabyte que se descarga vuestra página web? ¿Sabéis qué tipo de energía consumen los servidores donde alojáis vuestros proyectos? ¿Optimizáis las páginas para que la huella de carbono de vuestros sitios sea lo menor posible? De este tema hay multitud de vídeos, artículos, podcasts, tutoriales, calculadoras, y hasta starter themes, sobre cómo crear, desarrollar y diseñar una web más sostenible que os recomiendo.
- Accesibilidad. ¿Es tu web accesible? ¿Por convicción o porque le viene bien a tu SEO? ¿Has pensado en todos los posibles casos de uso y diferencias entre personas a la hora de montar tu sitio web? Hay plugins como este que te ayudan a mejorar tu web. Hay charlas imprescindibles como la de Juanjo Montiel o la de Mª Carmen de Alba que todos deberíais ver y aprender.
En las respuestas a todas estas preguntas está la solución. ¿Podéis hacer la web más accesible, más sostenible, más abierta? ¿Podéis utilizar alternativas a las Big Tech? ¿Podéis difundir estos conceptos a vuestro círculo de influencia y a vuestros clientes? ¿Podéis hacer vuestras webs más seguras y que no atenten contra la privacidad de vuestros visitantes?
En la balanza de decisiones simpre vamos a tener, igual que con las botellas de agua, una alternativa gratis, una alternativa que funciona bien, a la que estamos acostumbrados (Gmail, Twitter, Facebook, Analytics) y que no nos requiere ningún esfuerzo aprender. Al otro lado tenemos una web mejor, que nos lleva a un mundo mejor. Hace falta la concienciación y la acción para hacer que la balanza caiga en el lado del bien. Así que empezad paso a paso y ya sabéis… ¡cambiad el mundo!
Os dejo aquí el pdf con la presentación, que tiene algún enlace más de los aquí puestos, y cualquier comentario será bienvenido.
Charla Meetup Las Palmas de Gran Canaria – ¿Puedo mejorar el mundo usando WordPress? ¿Cómo?
Uff. Cuántas preguntas!!! Pero tan grandes como importantes son. Ahora toca reflexionar y analizar 🤔
Gracias a ti por venir!! Nos vemos en marzo!! 🥳