La WordCamp Pontevedra 2020 por fin se realizó en 2022. Ya publiqué en el blog del evento mi visión desde dentro como presidente emérito (sí, somos muy de ponernos cargos rimbombantes en esta comunidad) pero no quería desaprovechar la oportunidad de desempolvar el blog para contaros algún detalle extra.
En lo que queda de año aún hay una WordCamp por celebrar en Valencia, otra en Sevilla y otra en Griñón. Y para 2023 se avecinan un montón (mientras no nos piséis la fecha de septiembre, haced todas las que os apetezcan). Y tuve la oportunidad de charlar con gente de muchas comunidades cercanas y lejanas sobre cómo les gustaría hacerlo, sobre notas que se llevan para sus eventos e ideas que implementar.
Mi consejo para todos los organizadores de WordCamps que leáis esto: no os volváis locos.
🤖 Por qué las WordCamps no son replicables
No tiene sentido compararse con WordCamp Pontevedra 2022. Ni siquiera si es tu primera vez tiene sentido compararte con WordCamp Pontevedra 2018 (que, en todo caso, sería con quien deberías compararte).
Las WordCamp son eventos locales y, aunque siempre aparezca un porcentaje de personas de toda la península (en nuestro caso, literalmente, ya que hubo una gran representación de nuestra familia portuguesa), el peso del evento recae en los que tienes alrededor.
Los ponentes que se estrenan jugando en casa o que te resuelven una baja de última hora, los voluntarios que pueden estar desde dos días antes y, sobre todo, los organizadores que llevan meses soñando y creando lo que luego vivimos todos en un abrir y cerrar de ojos.
¿Puedes organizar una WordCamp entre cuatro personas? Por supuesto, y entre dos. Pero entonces el listón de lo que puedes hacer tiene que ser acorde -o te quemarás infinito y probablemente será la última que hagas–.

🧮 En busca de un número óptimo
Nosotros este año eramos 14. Catorce.
Por eso si alguien decía que tal vez era buena idea hacer un pequeño detalle como una pegatina que diferenciase a los novatos y a los veteranos que asisten a WordCamps no era un problema, porque ni la diseñadora ni el que se encargaba de imprimir iban hasta arriba con siete mil cosas más (que sí que iban, pero no tanto como si se tuvieran además que encargar de otras quince tareas urgentes).
Por eso si había que hacer un cambio el día antes en el programa –aunque fuera un jaleo– tenías a gente que podía encargarse de ello, y uno contacta, el otro subía la información a la web, otra persona se encargaba de su presentación, y otra de comunicarlo en redes.
Por eso el día del evento había en general caras de tranquilidad, porque una sola persona no tenía que encargarse de diecisiete cosas. Sino que cada uno tenía su parcelita en la que todo estaba (más o menos) controlado.
Por eso empezamos en 2018 siendo 9 -que ya era un número grande para lo que suele ser normal-, después fuimos 10 y ahora 14, porque hemos ido descubriendo tareas que es mejor dividir o mejor duplicar el número de personas encargadas de ello. Y porque nos lo pasamos genial y no podemos ni dejar de hacerlo ni dejar de invitar a otras personas para que formen parte de ello.
¿Esto quiere decir que se puede crecer hasta el infinito? Probablemente no, creo que Wajari este año ha optimizado perfectamente el número y las tareas a realizar para un evento de nuestro tamaño. Igual se suma alguien nuevo u otra persona por cualquier cosa no puede seguir. Pero si este año de locos en el que ha habido en el equipo nacimientos, embarazos, enfermedades graves, separaciones, arrejuntamientos, y problemas de toda índole, lo hemos conseguido, ¿qué no se podrá hacer el año que viene?
¿Esto quiere decir que necesitas catorce personas para hacer tu WordCamp? No. Igual entre cuatro os queda un evento más pequeño genial. Igual necesitáis veinticinco si queréis llenar un pabellón. Igual simplemente podéis ser los que sois y debéis tomar decisiones sobre qué hacer y qué no hacer en base a las horas que le vais a poder dedicar.
🎵 Una nota final
Todos los organizadores somos voluntarios y ninguno tenía experiencia previa en hacer esto. Por eso nunca me voy a cansar de agradecerles todo el esfuerzo y haber entendido el espíritu de lo que a mí me enseñaron que es una WordCamp.
Este año vendimos las 275 entradas y de ellas 104 personas marcaron que esta era su primera WordCamp. Hemos mejorado ese 50% habitual de gente que repite y creo que es porque hubo muchos asistentes a los eventos de 2018 y 2019 que decidieron repetir. Ojalá en 2023 se mantenga y aunque siga habiendo nuevos (¡por supuesto!) también haya muchas caras conocidas (no para mí, lo siento, soy malísimo recordando caras y nombres).
Y, por supuesto, si sois gallegos, apuntaos por favor a las meetups locales: Pontevedra, Lugo, Vigo, A Coruña y Ferrolterra (y tal vez pronto de nuevo Santiago y Ourense). Son la base donde se forjan todas estas aventuras. Y nos encantará tenerte en la próxima.