34 grados. Calor que te mueres aún a las nueve de la noche. Recuerdos de cuando vivía en Valencia. Y primera siesta de la temporada, y mira que no soy yo de siestas.

34 grados. Calor que te mueres aún a las nueve de la noche. Recuerdos de cuando vivía en Valencia. Y primera siesta de la temporada, y mira que no soy yo de siestas.