Paseíto mañanero hasta Marcón (en serio, en Galicia los pueblos y las ciudades no se terminan nunca) para conocer otra parte de Pontevedra que desconocía. Mucha casita, algunos horrores, unas pocas curiosidades y una iglesia que no retraté porque dice M que solo hago fotos a iglesias y porque estaban todos los paisanos y paisanas esperando a entrar a misa de 12.
