Hoy he salido a la calle buscando una señal de «STOP» porque quería que fuera un símbolo de no sé qué y me he tirado tres cuartos de hora pasando por calles que solo tenían «Ceda el paso». En serio. Estoy seguro que mañana me encontraré con siete señales de las que hoy buscaba cuando ya no las quiero. Joder. Así que he ido al Supercor y me he comprado una Pilsner Urquell y una Staropramen, que son las únicas cervezas checas que tienen porque si necesito resetear algo mi mente tiene un truquito que es volverse a Chequia y empezar desde ahí. Porque cualquier decisión es mejor con (un poco) de cerveza checa. Eso es así.
