Hace ya muchos años aprendí a no ilusionarme con planes a medio o largo plazo porque la vida no siempre decide que va a ir por el camino que uno había imaginado. La lista de ilusiones es interminable, pero el conteo de guantazos de estos últimos meses está siendo de campeonato. Aún así, en la pizarra del despacho siempre brilla esa ilusión por lo que va a ocurrir la primera semana de junio en Porto… ¡Hay que levantarse de la lona siempre!
