Orbil estaba hoy por el museo de Pontevedra y he pasado a saludarle. Hace mucho que no vamos de museos, es una de las cosas que más echo de menos de haber dejado de viajar. Ese dolor de pies y de espalda cuando llegas a la habitación del hotel después de haber pasado un día viendo cuadros en El Prado o en la Tate Modern, viendo cómo era la Alemania del Este en Berlín, o disfrutando de Roma y Florencia (que son en sí mismas museos al aire libre). Ya queda menos para este verano, ojalá todo siga mejorando.
